Otro reclamo turistíco en Praga es el Muro de John Lennon, un muro lleno de grafittis que recuerdan al músico, muy cerca del Puente de los candados.
Este muro tiene su origen en 1980 cuando el músico fue asesinado y se convirtió en un lugar para el recuerdo del artista. Su música estaba prohibida por las autoridades comunistas y cuando éste murió apareció una pintada en este muro. Al día siguiente fue borrada, pero volvía a aparecer otra pintada y así sucesivamente hasta que el muro empezó a llenarse con letras de canciones, flores pintadas, retratos... así que al final las pintadas fueron siendo más numerosas y el muro quedó como un recuerdo a John Lennon y un símbolo de la libertad de expresión.
El muro realmente pertenece al Palacio Gran Prior, la sede de los Caballeros de la Orden de Malta en cuyo patio está el árbol de Beethoven, el árbol donde Beethoven se sentaba a su sombra durante su estancia en 1796 en Praga, uno de los más antiguos y grandes de la ciudad.
La verdad es que John Lennon nunca estuvo en Praga. En cambio los Rolling Stones fueron invitados a dar un concierto tras la Revolución de Terciopelo, y al ver que el castillo por la noche era muy oscuro, donaron una gran cantidad de dinero para colaborar con su iluminación.