domingo, 29 de agosto de 2010

AGUR MARIJAIA

Bilbao vive hoy su último día de fiesta.


Como ya os comenté, me fui a mi querido botxo a disfrutar de su Aste Nagusia (semana grande). Fue emocionante como siempre, el momento del txupin y cuando se empieza a entonar el himno de Marijaia. Allí aparece ella, siempre con los brazos en alto y su sonrisa. Este año el secreto mejor guardado, al igual que las novias, el vestuario, se desveló antes de lo previsto no se sabe porque razón, pero apareció fotografiada en el periódico un día antes (ya se sabe que en verano hay menos noticias).




Y como siempre, mi cuadrilla y yo, como guardaespaldas acompañandola a inauguarar todas las txoznas.


Y como podéis ver, también dejé huella en Mariaja. No le puse una de mis chapas (no hubiera estado mal si se la dejaran puesta) pero le puse una de mis pegatas.




Un año más Marijaia será quemada (la verdad es que es da hasta pena verla arder) y el año que viene resurgirá de entre sus cenizas, y espero estar allí con ella y mis amigas.


Por cierto, que mis fiestas este año han sido accidentadas, ya que en el barullo de gente, me pisaron y me desgarraron la uña (si, mucho daño), y ahí sigo, con mi dedo vendado y a curas constantes... y ¡no! ¡no llevaba sandalias!, solo el dedo gordo al aire... Ahora a ver si la uña se pega o se cae...

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